miércoles, 25 de noviembre de 2009

RESUMEN COMENTADO

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprograma de Especialización en Lectura y Escritura
Curso: Fundamentos Pedagógicos de la Lectura y la Escritura
Profesora: Angélica Silva


Participante: Yaury Pullas Guillén
Cohorte:2009-III
I.Referencia:

Andricaín, S. (1997). Espacios para la Promoción de la Lectura (documento en línea). Conferencia brindada en el Seminario de Conceptualización sobre promoción de lectura, Cali, Colombia. Disponible: http://www.geocities.com/Athens/Forum/2867. (Consulta: 2009, noviembre 18)

II. Vocabulario especializado, conceptos y temas de interés tratados en el artículo:
1. Promoción de la Lectura: Ésta debe entenderse como la ejecución de acciones sucesivas y sistemáticas, de diversa naturaleza, encaminadas todas a despertar o fortalecer el interés por los materiales de lectura y utilización cotidiana, no sólo como instrumentos informativos o educacionales, sino como fuentes de entretenimiento y placer.
2. Hábitos de Lectura: es lograr que el individuo recurra regularmente y por su propia voluntad, a los materiales de lectura como medio eficaz para satisfacer sus demandas cognoscitivas y de esparcimiento.
3. Co- lectura: es acompañar a los niños en sus enfrentamientos iniciales al texto escrito, compartir con ellos la aventura de leer.
4. Biblioteca Pública: espacio para la cultura, espacio de consumo gratuito de la información y de la recreación.
5. Biblioteca Escolar: espacio, en el ámbito de la escuela, destinado a apoyar las investigaciones de contenido escolar.

III. Resumen:

En la conferencia, Espacios para la promoción de la lectura, se diserta sobre la promoción de la lectura y la importancia de hacer de ésta un hábito, una necesidad y un goce. Para ello, Sergio Andricaín, propone que se reivindiquen los espacios para su promoción, a saber: el hogar, la escuela y las bibliotecas públicas. En primer lugar, el hogar, representa para el autor, el punto de partida, la “estación cero”. En ella el niño tiene sus primeras impresiones o acercamientos a la lectura, porque mediante la narrativa y la lírica tradicional, la madre enseña a su hijo la magia de las palabras. Este primer contacto con libros sin páginas, dice el autor, ayudará a crear un clima de confianza y afecto que, posteriormente, lo conllevará a acercarse a los libros con palabra escrita. En segundo lugar, se encuentra el espacio de la escuela, el cual, según el autor es el espacio creado para la enseñanza de la lectura. No obstante, en la escuela no ha sido fácil promoverla para otros fines distintos a la lectura para la búsqueda de conocimiento. Por tanto, es necesaria una renovación en la pedagogía que incluya la “desescolarización” de la lectura, empezando por cambiar los textos escolares y sustituirlos por libros que se relacionen con la realidad de los niños y los jóvenes. En tercer lugar, el autor nos plantea información sobre las bibliotecas públicas, espacios de la cultura, diseñados para la búsqueda de conocimiento pero también del entretenimiento, aunque en la actualidad hayan perdido relevancia en la sociedad debido a la apatía gubernamental. Seguidamente, el autor puntualiza la necesidad de que la biblioteca pública sea el promotor de lectura por excelencia, pues en sus espacios los niños hallan la diversidad de libros que existen y entienden que hay uno para cada uno de acuerdo a sus gustos e intereses. Además agrega el autor que, en este espacio puede realizarse una lectura por el sólo disfrute de la acción y no para obtener una calificación. Finalmente, Andricaín, cierra sus ideas, planteando que estos tres espacios deben tener un único propósito: fomentar la lectura voluntaria en el niño.

IV. Comentario crítico:

Los Espacios para la Promoción de la Lectura de Sergio Andricaín, corresponde a una conferencia dictada por el autor, en Colombia para el año 1996. En la conferencia se construyen o entretejen ideas entorno a la importancia de los espacios para promocionar la lectura. Así mismo, el autor nos dibuja aspectos que yo llamaría debilidades y fortalezas en la formación de niños y jóvenes lectores. Las razones de tal apreciación las expongo a continuación.
El primer escenario planteado como motor de la lectura en los niños es el hogar. El hogar como ambiente en el cual impera el afecto y la confianza para el acercamiento de los niños a los “libros sin páginas”: frase que extraigo textual del documento por parecerme en sí, una frase poética. Digo esto porque creo que la frase encierra la esencia de los cánticos y juegos de palabras que empleamos las madres, por ejemplo, para aliviar el dolor de nuestros hijos cuando se golpean o cuando no quieren comer. Desde este ambiente, considero que al niño se le abren las puertas del mundo mágico de las palabras, porque descubrirá el poder que éstas encierran. Por tanto, es imprescindible que en el hogar el libro ocupe un sitio, que sea éste parte de los juguetes del niño para que él pueda tocarlos y manipularlos. El libro debe ser objeto de regalo o premiación que hacen los padres.

Sin embargo, la realidad en materia de enseñanza y promoción de la lectura ha puesto al descubierto cómo los padres delegan en la escuela la labor de ese aprendizaje. En la sociedad posmoderna todo fluye rápido y pasamos la mayor parte del tiempo trabajando. Esta idea es la excusa de muchos padres para no leer con sus hijos un libro. Por esa razón, considero que es necesario generar planes de promoción que vayan dirigidos también a los padres para concientizar el fomento de la lectura en el hogar como elemento fundamental en el desarrollo social e intelectual de sus hijos.

El segundo escenario que nos presenta el autor es la escuela. De ese ambiente el autor expresa algo que llama profundamente mi atención: la enseñanza de la lectura sin sentido o sin significados. El niño no es motivado a realizar una lectura comprensiva que genere una relación con su realidad o sus intereses. Esto, obviamente, trae como consecuencia una actitud apática hacia la lectura que irá acrecentándose con los años y que, finalmente, acarreará una predisposición en los niños con respecto a la lectura; leer es una actividad aburrida que deben realizar por obligación los niños en la escuela. También creo que es una labor titánica para el maestro derribar todos estos preconceptos erróneos de los niños y jóvenes sobre la lectura, pero hay que hacerlo. El docente con profesionalismo debe asumir este asunto de la promoción de lectura como un reto, ya que, ciertamente, en ello está la base del desarrollo social, académico y profesional del estudiante en un futuro.

El tercer escenario son las bibliotecas públicas, en cuyos cimientos recae la responsabilidad de rescatar, el espacio de la cultura. La biblioteca es el espacio donde los niños encuentran el ambiente idóneo para asociar el disfrute con el leer; es el sitio del goce y de la recreación. Aunque desde hace un tiempo para acá las bibliotecas, lamentablemente, han sufrido las consecuencias de una apatía gubernamental reflejada en el escaso personal que labora en ellas y la falta de preparación de éste. Algunas bibliotecas parecen hoy en día sólo un depósito para almacenar libros.

Esta reflexión sobre la biblioteca que hace el autor me movió muchos recuerdos agradables de mi adolescencia. Esa época en que aún no revolucionaba el Internet el mundo, los jóvenes teníamos que ir a investigar en ellas. Es así como la descubrí y me apasioné. La biblioteca fue el lugar donde encontré innumerables libros que no tenía. Se convirtió en un reto leer todos los libros, al menos los de la sección infantil y juvenil. Recuerdo aún la colección de la Familia Hollister, las novelas de Julio Verne, las historietas de Asterix y Obelix, y otras que leí y que no logró recordar, pero que jugaron un papel importante en mi vida. La biblioteca me sirvió para conocer personas. Recuerdo a la bibliotecaria, siempre dispuesta a prestar los libros y siempre diseñando una actividad recreativa. Fui una visitante frecuente hasta que culminé el bachillerato. Hace poco pasé cerca de la biblioteca y observé como aún está abierta al público, pero ahora trabajan con la reja cerrada debido a la inseguridad. Se ve opaca, vacía y triste, no tiene nada que la identifique como una biblioteca. Andricaín tiene razón en afirmar la relevancia que puede tener este espacio en la vida de los niños y jóvenes, pues para mí fue ese ambiente neutral, donde pude leer libros que no encontraba en la escuela ni en el hogar.

Finalmente, pienso que idear estrategias de lecturas o promoción, como bien plantea Andricaín, debe consistir en erradicar la concepción de los niños sobre leer porque uno les dice que es importante para la vida o peor aún leer porque es una obligación. El maestro, debe entender de una vez por todas que cuando los alumnos se vean identificados en intereses y gustos se acercarán voluntariamente a los libros, sin coacción, sin evaluación y sin compromisos. Estoy convencida, como profesora de castellano que el hábito de la lectura debe fomentarse en una actividad para la recreación y el goce. A esa idea debemos llevar a nuestros estudiantes.






[1] a) Primera versión octubre 2006-II. El formato del resumen comentado aquí presentado es una adaptación de la estrategia para la enseñanza de segundas lenguas “Reading Reaction Journal.”
b) El desarrollo de esta estrategia ha sido pensada en el marco de las actividades de docencia e investigación de la Cátedra UNESCO sede UPEL, para el mejoramiento de la calidad de la enseñanza de la lengua materna y la formación docente.